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Como amantes de la comida, tendemos a gravitar hacia sabores originales, una mezcla de especias e influencias culinarias que quizá no habíamos considerado antes. Es posible que nos encontremos en un lugar en el que la inmigración histórica reúne de forma natural una mezcolanza de sabores, con residentes que reúnen sabores de sus países de origen, incluyendo ingredientes no autóctonos.
No obstante, si bien es cierto que las mezclas únicas van a allanar el camino en esta era de la globalización, también hay tradiciones culinarias especiales que se han desarrollado en virtud de años de aislamiento geográfico y cultural. Esto es cierto en lugares como Japón, donde prácticamente todo se desarrolló de forma aislada -religión, comida, lengua, sistemas de gobierno- desde el siglo XII hasta mediados y finales del siglo XIX.
¿Cuál es el resultado de esta separación? Un énfasis en las porciones más pequeñas (la frase “ichiju-sansai” significa “una sopa, tres lados”), así como una perspectiva de comer con ingredientes que están disponibles estacionalmente. Conocida ahora como dieta macrobiótica, es una tradición que se ha extendido por todo el mundo en algunos círculos.
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RECOMENDADO: Los mejores programas japoneses con subtítulos en inglés en NetflixUn festín para los ojosNetflixSalt, Fat, Acid, Heat (Episodio: Salt)’Salt, Fat, Acid, Heat’ es una serie de Netflix de cuatro partes que explora los fundamentos de la cocina con el chef Samin Nosrat. En el segundo episodio, “Salt”, Nosrat viaja a Japón para explorar la sal como ingrediente y condimento en la cocina japonesa. Guiado por Yuri Nomura, del renombrado restaurante “de la granja a la mesa” de Tokio, junto con la autora de libros de cocina y residente en Japón desde hace mucho tiempo Nancy Hachisu, Nosrat visita una granja de sal en Hiroshima y conoce a un maestro del miso orgánico y a un fabricante de salsa de soja de quinta generación.
Siga el viaje de Nosrat y descubra cómo la sal japonesa se elabora a partir de algas, que el miso sirve para mucho más que una sopa y cómo la verdadera salsa de soja puede tener un sabor rico y acaramelado.Foto: NetflixChef’s Table (Episodio: Niki Nakayama)La palabra japonesa kuyashii describe el sentimiento cuando alguien te desprecia y tienes el ardiente deseo de triunfar para demostrar que se equivocan; también describe la motivación de Niki Nakayama como chef, como muestra este episodio de Chef’s Table.
La vida de donde vengo
A lo largo de 10 años y 10.000 millas, Un día llegamos a Japón muestra las historias de tres familias brasileñas que parten hacia Japón en busca de un futuro mejor: una madre y su hija, una joven pareja y una familia de cuatro miembros con un niño pequeño. La película capta el paso del tiempo, formando capas de memoria y revelando cómo los sueños y las expectativas de las familias resisten una nueva y agotadora realidad al otro lado del mundo. Desde 1990, cientos de miles de brasileños de ascendencia japonesa han ido a Japón a trabajar. Este documental único saca a la luz las apasionantes historias personales que hay detrás de un importante fenómeno transnacional.
Ricardo Cutz ha realizado el diseño de sonido, el montaje de sonido y la mezcla de sonido de más de 40 largometrajes y 300 episodios de series de televisión. En los últimos años ha trabajado con el director Kleber Mendonça Filho, actuando como editor de sonido supervisor y mezclador de regrabación de Aquarius (que se estrenó en Cannes en 2016) y como mezclador de regrabación de Neighboring Sounds (2012). Anteriormente, trabajó con el director Eduardo Coutinho como editor de sonido del documental Edifício Master (2002). Cutz es el fundador de 106db Studios en Río de Janeiro.
Vídeos del extranjero en Japón
Saltar al contenido10 grandes10 grandes documentales japoneses Japón ha producido muchas películas de no ficción vitales e intrépidas. Si no fueran tan difíciles de ver.18 de noviembre de 2021Por Matt TurnerEl ejército desnudo del emperador avanza (1987)En comparación con la producción de películas de ficción del país, el cine documental japonés está infravalorado internacionalmente. Esto se debe en parte a una cuestión de acceso. Entre 1940 y 2010 se produjeron en Japón más de 130.000 películas documentales, pero, a pesar de haber ganado premios en festivales internacionales o haber sido objeto de aclamación nacional, sólo una selección de ellas se ha proyectado con regularidad o ha estado disponible en formatos de vídeo doméstico fuera de Japón.
Muchas siguen sin subtítulos o no están disponibles; otras sólo circulan en los círculos académicos. No se dispone de filmografías completas y numerosos cineastas siguen siendo poco conocidos. Esto es lamentable, ya que gran parte de las obras accesibles son sorprendentes, notables por su integridad política y su ingenio estético.
En una entrevista de 1993, Kazuo Hara, quizá el documentalista japonés más conocido fuera de Japón, dijo que los documentales “deben explorar las cosas que la gente no quiere que se exploren”. Las obras incluidas en esta lista demuestran esta filosofía, abordando temas difíciles con un enfoque riguroso y mostrando un compromiso con el valor de la forma documental como herramienta de investigación y búsqueda.