Islas Malvinas
BLANCO, AZUL Y BLANCODirigido por Camilo AntoliniEl argentino Ossie Ardiles dejó su casa para jugar al fútbol en Inglaterra. Entonces, el 2 de abril de 1982, las tropas argentinas descendieron sobre las Islas Malvinas, gobernadas por los británicos. Volvió a casa con su futuro en duda. Vista previa
Tras la victoria de Argentina en la Copa Mundial de 1978, Ardiles y su compatriota Ricky Villa se incorporaron al Tottenham Hotspur a finales de ese año, cuando la noción de jugadores extranjeros era todavía nueva en la liga inglesa. Ayudando a los Spurs a ganar la Copa de la FA de 1981, las estrellas argentinas se convirtieron en héroes de culto en Inglaterra.
Pero el 2 de abril de 1982, todo cambió radicalmente cuando las tropas argentinas descendieron sobre las Islas Malvinas, gobernadas por los británicos, reivindicando su legítima soberanía. Ardiles regresó a Buenos Aires dos días más tarde, con su brillante futuro en los Spurs en entredicho.
Cuando iba de vacaciones a Córdoba en mi infancia, me tumbaba en el suelo para mirar las estrellas en ese cielo claro de las montañas. En la ciudad no podemos ver las estrellas. Recuerdo claramente mi sorpresa cuando mi padre me dijo que el cielo era diferente en el hemisferio norte. Pensé en los niños que estaban al otro lado del mundo viendo otra parte del universo con estrellas que yo no podía ver. Y quizás Osvaldo Ardiles, acostado en el mismo lugar, años antes, pensó lo mismo. Lo que nunca imaginó es que no sólo vería las estrellas desde su casa en Londres, sino que además resultaría ser la estrella más brillante del cielo del Tottenham inglés.
Operación paraquet
El proyecto tuvo una fase de desarrollo de 6 meses, invitando a los participantes y testigos de la guerra a revivir y contar sus propias historias sobre los hechos de la Guerra de Malvinas. Cada plataforma que se utiliza en el proyecto tiene su propia calidad, pero todas juntas se convierten en un universo narrativo coherente.
Rompiendo la estructura tradicional de una película, Malvinas/30 crea una experiencia personal para el usuario, a la vez que recrea los hechos reales de la Guerra de Malvinas. Remezclando diferentes lenguajes, estilos y públicos, este proyecto establece un código narrativo que permite contar historias del pasado en tiempo real, como una especie de Máquina del Tiempo Virtual.
Batalla de la cresta inalámbrica
Mientras que el documental, que, según Robert Rosenstone, “nunca es un reflejo directo de una realidad exterior, sino una obra conscientemente plasmada en una narración que -ya sea sobre el pasado o el presente- crea el significado del material que se transmite”[1], el docudrama pone la ficción al servicio de la historia y de sus temas controvertidos. El poder de atracción y de convicción que el docudrama obtiene de su dimensión ficcional es también su punto débil. El déficit de credibilidad, que esgrimen sus detractores, tiene que ver con su carácter discursivo que algunos consideran incompatible con su vocación periodística y documental.
Apoyados en elementos auténticos, los docudramas examinados en este trabajo utilizaron los nombres de los protagonistas y los lugares reales. También se observó rigor y precisión en la evocación de los acontecimientos y su cronología. Paradójicamente, la censura que afectó a los docudramas sobre la Guerra de las Malvinas aumentó en gran medida su atractivo.
Tumbledown y The Falklands Play fueron concebidos para dramatizar las controversias que se vivían en la época y para ofrecer escenarios de estas semanas de conflicto tal y como los vivieron sus protagonistas, ya fuera en el campo de batalla o en el Gabinete de Guerra. La soberanía británica sobre unas islas situadas a 7.000 millas de Londres siempre había sido cuestionada. Entonces, ¿por qué correr el riesgo de cientos de bajas y de una posible derrota? Tales eran los términos del debate en aquel momento en Londres. Tumbledown fue el resultado de la combinación de periodismo político y ficción comprometida: siguió a la publicación de un artículo en The Guardian de Charles Wood, el guionista de la película, en el que escribía sobre la experiencia bélica del teniente Robert Lawrence[2]. La historia se centra en la batalla de Tumbledown, de la que Lawrence regresó con heridas en la columna vertebral tras el disparo de una emboscada de un soldado argentino, lo que alteró permanentemente su forma de vida. En cuanto a The Falklands Play, fue originalmente un encargo de la BBC destinado a poner de manifiesto los errores y las divisiones del Gabinete de Guerra[3]. Se emitieron, respectivamente, el 31 de mayo de 1988 en la BBC 1 y el 10 de abril de 2002 en la BBC 4, aunque ambas fueron encargadas el año en que terminó el conflicto.
Batalla del monte Tumbledown
En abril de 1982, Dalmiro Bustos y Elena Noseda afrontan uno de los momentos más difíciles de su vida cuando su hijo mayor, Fabián, es enviado a combatir a las Islas Malvinas junto a cientos de soldados conscriptos. Casi 40 años después de los hechos, Dalmiro, Elena y sus dos hijos menores, Javier y María Elena, cuentan lo que no pudieron decir entonces, en un intento por seguir los pasos de Fabián y poner en palabras la angustia y el dolor que aún les queda[2][3].
José Luis Visconti en el sitio ‘hárselacritica’ escribió: “Si la guerra es una experiencia habitualmente asociada a lo colectivo -ya que su centro son los ejércitos y la primacía de lo numérico-, lo que hace el documental es llevarla a una expresión individualizada: los hechos históricos dejan de importar… La guerra se convierte en un fondo sobre el que lo que empieza a importar es lo que cada uno hace frente a esa circunstancia. …La recuperación de la historia se cierra con Fabián, que aparece en el relato, como si volviera de nuevo de Malvinas, sólo después de que su familia cuente su regreso en el pasado. Su cuerpo en el presente no exhibe las huellas del pasado: es su memoria la que recupera ese pasado del mismo modo que su familia. En todo caso, su historia es más que la de un soldado en una guerra concreta como la de Malvinas. Es la puesta en palabras -y en pantalla- de lo que se puede hacer en una guerra y lo que se puede hacer con ella después. Todo el documental gira en torno a esa idea y es por eso que no se desprende de su núcleo central constituido por esa familia. Porque en cada uno de ellos, en cada historia que se desarrolla, hay una posible respuesta a esa pregunta[3].